Analisis de suelo y follaje también deben de usarse para acertar desequilibrios nutricionales. Done los valores críticos de potasio, magnesio o calcio se excedan, la absorción de otros cationes pueda ser afectada. Por ejemplo, crecimiento productivo ocurre cuando la relación K:Ca en la hoja está entre 1.7 y 2.1. Tablas de relaciones de nutrientes pueden ser guías importantes para asegurar que los nutrientes estén bien balanceados, pero no se deben de usar para ser el factor determinante de tasas de fertilizante.
Análisis de suelo y follaje
Análisis de suelo y tejido foliar
Análisis de suelos pueden usarse para acertar pH, contenido de materia orgánica y capacidad de intercambio catiónico (CIC), así dando una indicación de la disponibilidad de nutrientes y las características de retención de nutrientes del suelo. También pueden usarse para acertar los niveles de potasio y fósforo en el suelo y para indicar la probabilidad de desequilibrio catiónico, por ejemplo relaciones de K:Mg:Ca. Pero no da buena indicación de los requerimientos de nitrógeno. Por eso, solo analizar el suelo no proporciona suficiente información para asegurar una nutrición exacta.
Análisis de tejido foliar
Un análisis de tejido foliar ayuda a monitorear las necesidades del cultivo durante los periodos más importante del ciclo de crecimiento. Análisis temporales, que se efectúan a la misma fase de crecimiento, ayudará en construir una imagen clara de la situación nutritiva y las necesidades, y subrayará donde se tiene que hacer ajustes al programa de fertilización actual.
Análisis foliares también se pueden usar para diagnosticar o confirmar deficiencias de nutrientes, sobre todo donde síntomas visuales son confusos, no visibles o donde ocurren deficiencias múltiples de nutrientes. Es importante asegurar que los análisis foliares sigan los procedimientos básicos. Pre-floración es la fase preferida para tomar muestras, pero un muestreo más frecuente es deseable para averiguar y ajustar el estatus nutritivo durante periodos de crecimiento activo.
En la práctica, la pareja de hojas no. 3 o 4 desde la punta de un ramo primario activo de una planta ya en producción, son las que más se cortan para muestras. Las muestran deben de consistir de más o menos 100 hojas seleccionadas al azar de aproximadamente 40 plantas dentro de la misma cuadra de 2 a 4 hectáreas. Las tablas 1 y 2 dan los estándares de macro- y micronutrientes basados en análisis foliares.