diciembre 04, 2023

Cinco hechos reveladores sobre el suelo

En medio de las maravillas del espacio y los misterios de las profundidades del océano, existe otro ecosistema igualmente intrincado y crucial: el suelo bajo nuestros pies. No es sólo el suelo que pisamos; es la base misma de nuestra existencia. A través de estos cinco hechos reveladores sobre el suelo, revelamos sus complejidades ocultas y su papel indispensable en el sustento de la vida.
Cinco hechos reveladores sobre el suelo
Cinco hechos reveladores sobre el suelo

Empecemos con un poco de historia...

A principios del siglo XX, Wallace Fuller creo el término "salud del suelo", lo que marcó un cambio profundo en el pensamiento agrícola.

En 1936, el concepto cobró un impulso significativo cuando el USDA lanzó la campaña 'Salud del suelo y riqueza nacional', destacando el papel fundamental del suelo en el sostenimiento de la agricultura y la prosperidad nacional.

Un avance rápido hasta 1939, Guy T. Wrench solidificó aún más la importancia de la salud del suelo al conectarla con el bienestar humano. Destacó su papel fundamental en el sostenimiento de la vida, la biodiversidad y la calidad ambiental.

Este viaje evolutivo para comprender el suelo como una entidad viva nos ha llevado hoy a adoptar una visión holística, reconociendo el papel indispensable del suelo para mantener la biodiversidad, la calidad ambiental y garantizar el sustento mismo de la vida en la Tierra.

 

“La base de nuestra producción de alimentos es la tierra, y está limitada. En 1961, teníamos 1,45 hectáreas por persona para la producción de alimentos, que disminuyeron a solo 0,61 hectáreas en 2020. Esta tendencia nos pone en alerta de mantener suelos sanos y productivos.”

Anke Kwast, Vicepresidenta de Agricultura Regenerativa – Marcos Climáticos y Entusiasta del Suelo

Hecho 1: El suelo es la base de nuestro sistema alimentario mundial

Más allá de sustentar la vida, los suelos sanos son la base de nuestro sistema alimentario mundial. Proporcionan nutrientes vitales necesarios para el crecimiento de las plantas, fomentando un entorno rico para innumerables organismos. Este complejo ecosistema participa activamente en el ciclo global del carbono, almacenando carbono y mitigando el cambio climático.

Sin embargo, la recolección o cosecha continua de los cultivos en la agricultura, sin una reposición adecuada, conduce al agotamiento de los nutrientes, lo que socava la salud del suelo y pone en peligro la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria.

Reconociendo que el 95% de nuestros alimentos depende del suelo, es fundamental mantener la salud del suelo mediante una gestión equilibrada de los nutrientes. Las soluciones nutricionales de Yara desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la salud del suelo, la calidad de los alimentos y la alimentación de nuestra población en constante crecimiento.

Raices del suelo

Hecho 2: La salud del suelo es crucial para el éxito de la agricultura regenerativa

La agricultura regenerativa depende de la salud del suelo, en sus cinco dimensiones fundamentales.

Un ecosistema de suelo saludable estimula el ciclo de nutrientes, nutre las plantas con materia orgánica y reduce la necesidad de insumos externos. Además, promueve una mejor gestión del agua, mejora la retención de humedad y reduce la erosión, crucial para la resiliencia de las plantas en condiciones desafiantes como las sequías.

En particular, los suelos sanos actúan como sumideros de carbono, lo que ayuda a mitigar el cambio climático al secuestrar carbono de la atmósfera.

Además, los suelos sanos respaldan la biodiversidad, esencial para el ciclo de los nutrientes y la prevención de enfermedades, lo que refuerza aún más la salud y la protección de las plantas.

Por último, los suelos sanos demuestran resiliencia frente al estrés ambiental, lo que garantiza una productividad a largo plazo y una disponibilidad sostenida de nutrientes para el crecimiento de las plantas.

Hecho 3: Existen formas efectivas y eficientes de medir la salud del suelo

“Es importante comprender que curar el suelo dañado es mucho más desafiante y requiere más recursos que mantener su salud. Las medidas preventivas son clave. Es más rentable y sostenible actuar tempranamente y regenerar los suelos en lugar de continuar con prácticas insostenibles hasta que la restauración sea necesaria”, afirma Anke.

La piedra angular de la optimización del suelo reside en el análisis del suelo.

Para medir la salud del suelo, nos basamos en indicadores de las funciones del suelo para evaluar sus condiciones y su capacidad para sustentar los ecosistemas. Elegir los indicadores correctos es crucial: deben reflejar con precisión los cambios a largo plazo, ser prácticos de medir y proporcionar conocimientos prácticos que nos guíen en la toma de decisiones informadas sobre las prácticas de gestión del suelo.

Los indicadores clave abarcan una variedad de parámetros físicos, químicos y biológicos, ofreciendo una comprensión integral de la salud del suelo, lo que lleva a decisiones más informadas, la adopción de mejores prácticas y suelos más productivos para las próximas generaciones.

Muestra de suelo en laboratorio

Hecho 4: El suelo enfrenta múltiples desafíos

La salud del suelo enfrenta una serie de desafíos críticos que exigen atención urgente.

Los desequilibrios de nutrientes alteran el equilibrio necesario para el crecimiento óptimo de las plantas, lo que lleva a una reducción del rendimiento y una posible contaminación ambiental. La acidificación del suelo, que afecta tanto a los organismos del suelo como a la disponibilidad de nutrientes, requiere una gestión cuidadosa para restablecer el equilibrio.

La pérdida de carbono orgánico del suelo, impulsada por el cambio climático y los sistemas agrícolas donde el carbono no se reemplaza, disminuye la fertilidad del suelo y su resiliencia. La erosión visible del suelo, causada por el viento o el agua, perjudica la capacidad del suelo para sustentar el crecimiento de las plantas y contribuye a la contaminación del agua y la sedimentación en presas y lagos.

La contaminación por contaminantes, como metales pesados o pesticidas, presenta graves riesgos para la salud del suelo, ya que afecta a los organismos del suelo, al crecimiento de las plantas y, potencialmente, a la salud humana a través de la cadena alimenticia. Problemas como el anegamiento y la compactación del suelo impiden el desarrollo de las raíces de las plantas y la absorción de nutrientes, mientras que la salinización o sodificación, debido a la acumulación excesiva de sal, degrada el suelo y reduce la productividad de las plantas.

Abordar proactivamente estos desafíos es crucial para mantener la salud del suelo y garantizar una agricultura sostenible.

Hecho 5: Los diversos desafíos del suelo requieren soluciones variadas

La salud del suelo varía según la región, influenciada por factores geológicos y climáticos únicos, así como por las prácticas agrícolas predominantes.

Las regiones áridas se enfrentan a la salinidad debido a las precipitaciones limitadas y las altas tasas de evaporación, mientras que las zonas húmedas se enfrentan a la erosión y el anegamiento debido al exceso de lluvias. Las características geológicas y las condiciones ambientales únicas comparten profundamente la formación y la salud del suelo en cada lugar.

Los patrones climáticos impactan significativamente la salud del suelo; las sequías pueden secar el suelo y exponerlo a la erosión eólica, mientras que las inundaciones pueden causar erosión y cambiar la estructura del suelo. El clima afecta los tipos de vegetación, la actividad microbiana y la descomposición de la materia orgánica, lo que afecta la salud del suelo de manera diferente en distintos climas.

En particular, cada suelo enfrenta distintos desafíos y limitaciones, lo que requiere estrategias personalizadas para una gestión eficaz de la salud del suelo. Reconocer y medir los distintos desafíos para la salud del suelo que enfrenta cada suelo es crucial para implementar la gestión de estrategias sostenibles y específicas de la tierra.

Manos suelo

Comprometerse con la salud del suelo: ¡un imperativo para nuestro futuro!

A medida que desentrañamos las intrincadas complejidades de la salud del suelo, se hace evidente que el suelo no es solo lo que pisamos; es un recurso dinámico y vivo, vital para nuestra existencia.

Los esfuerzos de colaboración que involucren a las partes interesadas a lo largo de la cadena alimentaria son primordiales para ayudar a los agricultores y administradores de tierras a cuidar la salud del suelo.

Al reconocer esta urgencia, Yara participa de manera proactiva en proyectos de colaboración con una variedad de socios de la cadena alimentaria e instituciones de investigación, dedicados a abordar los desafíos que enfrenta la salud del suelo.

Prometámonos valorar y preservar la salud del suelo, no sólo para nuestras necesidades actuales, sino como un legado duradero para las generaciones futuras.